viernes, 5 de octubre de 2007

Negro

He visto entre las rejas de la casa
tu figura flotando sobre el suelo
Quizá lo he imaginado,
pero fue tan real...
He entrado en la casa en la que habito
y he buscado tu rastro entre las sombras
tengo la casa oscura, la luz no entra
porque mi corazón es negro
La locura de amor ha fundido con fuego
los límites de mi alma.
El fuego de la pira funeraria
El fuego de la destrucción total
Ahora no soy nada
Me agarro a ti como a mi salvación.
Pero tu no existes.
No puedes salvarme de la desesperación
de esta pasión de odiar que me consume.
Odio a todos los dioses de la tierra
Y odio a los hombres que viven
porque tu estás muerto.
Y odio las sonrisas en las bocas
de los que no sufren.
Y bebo solo de las lágrimas de los tristes.
Cierro los ojos, las ventanas y las puertas
cierro los oídos y las manos
cierro mi corazón, mi boca abierta
En negro me siento sobre la moqueta
la oscuridad total, la más abyecta,
cierro mi garganta y mis pulmones
cierro mí hígado, mi páncreas, mis riñones
cierro las venas, cierro a la sangre su fluir continuo.
Cierro al dolor los órganos restantes
no soy nada, nada siento
solo que mi respirar es lento, cada vez más lento, más lento.

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