sábado, 2 de enero de 2010

Tragedia

El fuego ha reducido a cenizas los recuerdos.
Ha quemado el pasado... y el futuro
El dolor es inmenso, y la pérdida
de las risas le retuerce el alma
Eleva los ojos hacia el cielo azul,
tan plácido,
y su inmensidad le estremece.
Es tan grande el universo...
Y tan pequeño el hogar quemado,
los niños muertos...
Ha perdido todo lo que tenía,
no quiere nada ahora
no puede ni siquiera llorar.
Sus manos, quemadas,
tratan de ahogar los sueños perdidos,
apretando una garganta que aun respira,
la suya.
Sus ojos no tienen pestañas, ni llanto,
ni vida, ni dolor, ni miedo,
está más allá de todo lo que ve
en un mundo que ya no existe,
pero duele, duele más que el fuego
que abrasaba su piel, mientras
las caritas de sus hijos se quemaban.
Duele, vivir ahora,
mucho más que morir.

viernes, 1 de enero de 2010

La cima de mi mundo

Hoy he bajado a las llanuras
y he perdido el horizonte
que mi cima me muestra.
He sentido que el sol era más tenue
y la brisa suave como una caricia.
Mi cabello no se ha enredado
ni ha cubierto mis ojos y mi rostro.
Pero me he sentido sola.
En la cima del mundo
me espera el hombre que quiero.
Sobre la tierra horadada
por el viento y la lluvia
Entre las nubes que bajan a besar su boca,
como yo.
En la cima, el horizonte,
inmenso,
se coge con las manos de los dos.
Y todo el mundo que necesitamos
lo abarcan nuestros ojos.
He bajado a las llanuras, por un rato,
pero él, ha bajado a buscarme.