domingo, 27 de diciembre de 2009

Olvidate

No eres, ni fuiste
ni serás.
Olvídate de todo,
de las palabras que te dijo mi boca
de los besos que robé al amor
de las lágrimas saladas que derramé por ti.
Olvidate del tiempo en que mi casa fue tuya
en que mi cama fue el refugio de tus noches
y mi fuego calentó tu cuerpo.
Olvídate de mi y vuelve tus ojos a otro lado.
Porque mi memoria, a fuerza de llanto y de dolor
ha borrado el tiempo que fuiste mi horizonte.
No eres, ni fuiste, ni serás.
Olvídate de mi.

A veces

El mundo, a veces,
me parece un buen sitio para vivir.
Así, como suena,
EL MUNDO
entero, global, masivo...
Pero la mayoría de las veces,
es solo el escenario de una representación
en la que se interpretan papeles.
Unos hacen de poderosos,
la mayoría de extras
y el resto de muertos o moribundos.
Los papeles los reparte el dinero,
los intereses y la búsqueda de un bien común,
tan corrupto, que se ha convertido en la trampa
donde todos pereceremos tarde o temprano.
Nunca habrá un mundo justo,
nunca el sufrimiento será igual para todos
ni la justicia, ni el agua.
El hombre nunca será hermano del hombre.
Ni será capaz de llorar tan profundamente
que el llanto limpie sus manos de la sangre
de los inocentes.
A veces, sale el sol,
pero siempre se pone.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Rayo de sol

Entre las nubes grises
por encima de un cielo encapotado
se ha colado un rayo de sol.
La ventana ha dejado pasar al intruso
que ha calentado mi corazón helado.
Pero no ha logrado deshacer la escarcha
que rodea mis ojos.
Apenas templar mis manos
o iluminar la oscuridad que me cubre
tan profunda y tan intensa
que parece un muro alrededor
de mi alma quieta.
El rayo muere súbitamente
y todo vuelve a su ser.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Navidad 2009

Otra vez la manida fiesta,
las estrellas tililantes al ras de las aceras,
las luces que iluminan apenas la miseria
de los empadronados en los soportales,
en las cajas de cartón, en los pasillos del metro.
El ruido ensordecedor de la alegría
que se nutre de compras y sueños imposibles
la inalcanzable felicidad de la riqueza
del derroche y del falso oro
que cubre, entre la oscuridad
y la locura
todo lo que la vista alcanza.
Fiesta, fiesta por decreto.
La celebración del dios consumo.
El tiempo de la soledad
mas despiadada, de la sed y el hambre
del que no tiene o tiene,
pero no puede compartirlo con nadie.