Miré tus ojos mentirosos,
traicioneros
y no vi más que lo que quise ver:
Amor bajo una luna llena
Y sábanas revueltas de pasión.
El tránsito fue rápido y tan duro
Te dí la vida entera
en una noche eterna de locura ciega
de cálidos susurros y caricias lentas.
Y en la mañana,
en la adormilada ternura de tu cama tibia
me miraste, y en tus ojos no había nada
ni amor, ni calidez,
ni siquieras pudiste pronunciar mi nombre.
Y mi desnudez se hizo grande
y ocupó todo mi cuerpo,
la habitación entera.
Y la vergüenza se hizo también grande
y me cubrió.
Alcé mi cuerpo de la cama
me vestí y atravesé la puerta
y tu no dijiste una palabra.
Y en el pasillo lloré la desnudez y la vergüenza
de la pasión inútil,
del sexo traicionado
de la inocencia perdida.
Cuando pude irme
me sentí, dejando de lado todo lo perdido,
mujer,
mujer herida por primera vez.
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