Las sombras se ocultan de la luz
y rodean mi corazón oscuro.
En él no crece nada.
Alguna mala hierba surje
y muere
agotada por el agua salada que la riega.
Mis ojos la vierten,
inconscientes, inocentes
del mal que mi alma persigue.
Que negra es la pena,
inacabable.
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