jueves, 24 de enero de 2008

Final

Cada vez siente más denso el aire
la respiración se hace dura
y de la boca surge un sonido siniestro,
las cocinas del infierno se han colado
por la estrecha tubería
y han alojado sus cazuelas y ollas
en el hueco que dejan las flemas
adheridas,
las paredes negras de la tráquea
clarinete en ruina.
Os quiero, sin que sirva de ejemplo
ni semilla que plante en el huerto
y germine, porque si crece
cercenaré su tallo con mis propias manos
aplastaré sus hojas sobre la tierra seca
y apretaré para que no queden huellas
de lo que pudo haber sido.
No existen esperanzas ni palabras
la voz es un simple sonido
sibilante, que aturde los oídos
de la gente, que no sabe, no comprende
que delante de ellas camina
un ser errante
que no quiere nada
que nada tiene
que nada espera
y no quiere que nadie le frote las manos
para quitarles el frío
Es un hombre solo, vivo,
porque la inercia le mantiene erguido.
Cando al caer la tarde se siente en cualquier parte,
amarrado a su compañeo fiel, el vino
la parca, que le acecha,
le acunará como a un niño
y le llevará con ella.
El final será el bendito olvido.

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